Al mundo le falta más música.

Así lo digo: nos falta escuchar más música para ser más felices. ¿Por qué lo digo? Pues la música es arte, diversión,  alegría, gusto, disfrutar.

Trabajo, arte, diversión.

Los escribí así, separados por una coma denotando la diferencia que hay entre ellos. Estaría de acuerdo con quien me dijera que todos pueden ser la misma actividad, pero hoy, yo los separo para analizarlos.

El arte es parte integral del ser humano. La belleza y la comunicación son constitutivos de todos (sí aunque haya algunos más feos que otros). La relación entre “El otro” y “Yo” siempre hay atracción, encanto, gracia. No se puede separar.

Trabajo: Fuerza por distancia, esfuerzo, actividades. Como definición y tal cual es aburrido, triste, monótono. Claro eso sucede cuando el trabajo ha sido separado de la diversión. Y no tiene por qué ser así, pero así lo vemos. “Si trabajo no me divierto”, error el trabajo es también alegría, gusto, juego. ¿Cuál es la diferencia entre trabajo y juego? En el juego las reglas las aceptas libremente, en el trabajo te las imponen. ¿Qué pasa si tú mismo creas las reglas del trabajo? Dejaría de ser una carga y sería un continuo juego.

Se escribe separado pero lo vivimos todo junto.

Arriba señalaba el problema: separar arte, trabajo y ser humano. El ser humano siempre es completo en todas sus dimensiones. Yo no puedo decir: ahorita vengo voy a dejar aquí mi dimensión laboral para ir a cultivar mi dimensión cultural. No, no es posible.

En cada momento debemos cultivar nuestro gusto por lo que hacemos, ahí radica todo: disfrutar nuestro hacer, vivir plenos todo el día. Hagamos arte de nuestro día día.

A veces para amar lo que hacemos se requiere escuchar algo que nos guste mientras realizamos aquello que nos parece tedioso.

El silencio también es música.

Hay algo que no siempre consideramos cuando queremos escuchar: El silencio. Parte esencial de la música es el silencio. No hay música sin silencio.

Callar, escuchar, escuchar a los demás, escucharnos nosotros mismos. Necesitamos escuchar más de lo que hablamos.

El arte expresa nuestros sentimientos más profundos

La música es sentimiento, la música expresa lo inexpresable, lo inenarrable. Ayuda a conectarnos con lo más profundo de nuestro ser, con aquello que a veces ni siquiera sabemos que existe.

Alegría, emoción, tristeza, melancolía, basta un par de acordes para conectarnos con ellos y poder revivir experiencias y traerlas al presente.

La música nos hacer recordar (re y cordis) , es decir regresar a nuestro corazón aquellas vivencias que nos hacen ser lo que somos. Música, vibrar y bailar.

Intento cerrar este post, pero no, puedo hay miles de ideas. Creo que tendré que escribir pronto esa segunda parte: Le mundo necesita más música 2.

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