El (mal) viaje.

He vivido en Monterrey, Saltillo, Tuxtla Gutiérrez, Guadalajara, Chapala, D.F, Irapuato, Colima y Mexicali. Conozco, por que estuve ahí varios días, algunas ciudades de USA y de España, así como muchas otras ciudades de nuestro país.

Me he cambiado de casa tantas veces, que mi IFE tiene como 9 reemplazos y mi dirección actual no corresponde a la de mi identificación.

Hoy me pongo a contar los viajes. Y quiero parafrasear aquí a un amigo:
Cuento para no olvidarme, pero además, para recordar que voy dejando tras de mí una estela de alegrías, esfuerzos y vicisitudes de las que he aprendido y en las que me apoyo para continuar mi andar. Tomado de www.victor.mx

1? 2? 3? 5? 8? 13? 21? 34? 55? Podría separarlos 25, 8, 11, 6, 33, 4. La lista y sus clasificaciones son interminables, ya que cuando escribo uno, empiezo a recordar otro. (A parte Fibonacci ya no me quiere ayudar en la serie) pero no importa tanto ver la parte cuantitativa, sino la cualitativa.

Ahora importa dónde estoy y cuál es mi siguiente viaje. Esa sería la mejor forma de vivir. Pero no dejo de ver mi último viaje. En el que estoy. No importa que tenga boletos para los próximos dos, sigo en el otro.

Por otro lado, no quiero dejar de pensar (y vivir) que la felicidad no es un lugar, es el mismo viaje…

viaje

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